Las aves que encontramos en nuestra ciudad están perfectamente adaptadas a vivir en un entorno urbano, donde son capaces de encontrar fácilmente y aprovechar con eficacia tanto el agua como el alimento que necesitan para sobrevivir, así como los lugares que les pueden servir de refugio donde anidar, reproducirse y protegerse de las condiciones climatológicas desfavorables.
Su facilidad para sobrevivir y proliferar en el ámbito urbano puede ser, en ocasiones, causa de molestias para los ciudadanos (ruido, deterioro y suciedad de inmuebles, enseres, vehículos y ropa, infección por excrementos, acumulación de plumas, etc.) o incluso en ciertos casos de distintos problemas relacionados con la salud pública.
Es muy importante tener en cuenta que la cantidad de palomas que pueden localizarse puntualmente o habitar de forma permanente en un espacio determinado está estrechamente relacionada con la existencia en esa localización de los factores de tipo ambiental antes mencionados que, en líneas generales, se reducen en disponibilidad de comida, agua y refugio de las aves.