Hoy en día las palomas en las ciudades se han convertido en una gran plaga.
En nuestras manos esta evitar que esta plaga vaya a más.
Alimentar las palomas de la calle contribuye a su proliferación excesiva. Además está considerado un acto incívico, porque ensuciamos la vía pública y beneficiamos también a otras plagas, como hemos comentado en otro post.
En la ciudad, un gran número de palomas genera un aumento del riesgo de enfermedades, ya que estos animales son portadores de muchas.
Además de que hay una gran presencia de excrementos, especialmente significativas en las áreas donde jugamos con nuestros hijos, en el banco donde paramos a descansar, en los monumentos y también en los edificios.
Suponen para los ciudadanos una incomodidad, por la suciedad, el ruido y los malos olores.